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Lipedema

El lipedema es un trastorno doloroso de la distribución de la grasa que afecta casi exclusivamente a las mujeres. En el lipedema, las células grasas se depositan cada vez más en las extremidades. Los depósitos de grasa pueden localizarse en las piernas, las nalgas, las caderas o los brazos. El tejido es especialmente sensible a la presión y el dolor. En contraste con los síntomas, los propios depósitos de grasa son resistentes al ejercicio y la dieta. Aquí encontrará información actualizada sobre las causas, los síntomas, el diagnóstico y el tratamiento del lipedema.

Definición y origen de la palabra lipedema

Un lipedema (del griego Lip = grasa) es una enfermedad dolorosa del tejido adiposo. Es un trastorno de la distribución no proporcional y simétrica de la grasa, que se da casi exclusivamente en mujeres. Sólo afecta a las extremidades.

Hasta ahora se creía que se debía a una acumulación de líquido en el tejido, por lo que se denominaba edema. Según los últimos hallazgos, el lipedema puro no implica hinchazón causada por líquido tisular acumulado.

Distribución alterada de la grasa

La desproporción, es decir, la distribución desigual, en el lipedema se produce siempre de forma simétrica en ambas piernas o ambos brazos. El tronco, la cabeza y el cuello no se ven afectados. El aumento de grasa puede distribuirse uniformemente en la parte superior e inferior de las piernas (la denominada «pierna de columna») o en la parte superior o inferior de los brazos, o afectar sólo a la parte superior o inferior de las piernas. Un lipedema que se extiende sobre los muslos y las caderas también se conoce como el "fenómeno de los pantalones de montar". Los pies y las manos nunca se ven afectados en el lipedema puro. El resultado suele ser un salto de calibre, una especie de escalón, hacia la región sana adyacente, la llamada "formación en manguito" o "en collarín". Las grandes protuberancias de grasa en la rodilla, el muslo o la parte superior del brazo se denominan «papadas». 

Gravedad: Dolor vs. aspecto

El aspecto externo de las extremidades no está relacionado con la gravedad de las molestias subjetivas. Esto significa que los depósitos de grasa pronunciados pueden ser menos dolorosos que unas extremidades relativamente delgadas. Por este motivo, la clasificación convencional de los estadios utilizada hasta 2023 ahora sólo se aplica para diferenciar el aspecto, es decir, la morfología. La gravedad sólo tiene carácter descriptivo. Hasta la fecha, no existe una clasificación por estadios para los síntomas.

El gráfico muestra los estadios del lipedema

Clasificación por estadios para la diferenciación morfológica


Causas del lipedema

El lipedema afecta casi exclusivamente a las mujeres. Por tanto, son posibles dos factores principales, a saber, un trastorno ligado al cromosoma X o un trastorno hormonal específicamente femenino. La enfermedad crónica suele desencadenarse por cambios hormonales en el organismo, como los que se producen durante la pubertad, durante o después del embarazo o en la menopausia. Si la enfermedad ya existe, los síntomas pueden empeorar en estas fases, es decir, puede producirse un brote. Parece probable que exista una predisposición hereditaria al lipedema. Varias generaciones femeninas de una familia suelen padecer la enfermedad. Las causas exactas del lipedema aún no se han aclarado científicamente de forma concluyente.

Se desconoce la proporción de pacientes con lipedema en la población. Los estudios suelen suponer entre un 5 y un 11 % de todas las mujeres. La enfermedad puede aparecer gradualmente. A menudo, los síntomas no se identifican claramente como tales y se soportan durante mucho tiempo. Además, el enfoque puramente clínico del diagnóstico a veces genera incertidumbre. Por estas razones, muchos casos de lipedema no se detectan.

Información relevante

Encontrará más información, consejos y testimonios de afectados para afectados en nuestro blog «Frauensache», la iniciativa para afectados de lipedema.


Síntomas del lipedema

Los síntomas del lipedema pueden aparecer de repente o intensificarse gradualmente a lo largo de meses y años. Los principales síntomas subjetivos del lipedema son el dolor a la presión, el dolor al tacto, el dolor espontáneo y la sensación de pesadez. En el caso del dolor a la presión, el paciente siente dolor incluso cuando se aplica una ligera presión. El dolor al tacto significa que incluso un roce resulta doloroso. El dolor espontáneo se percibe el tejido de repente y sin motivo. Además, existe una desproporción del cuerpo que en ocasiones resulta obvia, con protuberancias de grasa a veces evidentes.

Los siguientes puntos le ayudarán a reconocer si puede tener un lipedema.

Gráfico de síntomas del lipedema

Síntomas visibles externamente

Hay señales que permiten reconocer el lipedema fácilmente desde el exterior:

  • Ambas piernas o brazos muestran una desproporción pronunciada, los pies y las manos son delgados y no están afectados por el lipedema.
  • La parte superior del cuerpo es relativamente delgada, pero las piernas, las nalgas, las caderas y los brazos son mucho más voluminosos.
  • Las tallas de ropa para la parte superior e inferior del cuerpo son muy diferentes entre sí.
  • El ejercicio, una alimentación sana y las dietas tienen poco efecto en las zonas afectadas, y el volumen no disminuye o sólo lo hace ligeramente.

Síntomas perceptibles internamente

Además de los signos visibles, hay síntomas por los que se puede reconocer un lipedema. Éstos pueden agudizarse tras permanecer mucho tiempo sentado, de pie, caminando o durante el transcurso del día, o incluso debido al calor:

  • Sensibilidad extrema al tacto del tejido
  • Dolor a la presión
  • Dolor punzante espontáneo
  • Sensación de pesadez en las piernas o los brazos

No todas estas molestias subjetivas «tienen» que aparecer necesariamente en todos los pacientes con lipedema. Si nota uno o varios de estos síntomas, debe consultar a un especialista en linfología y/o flebología. Para garantizar un tratamiento óptimo y aliviar los síntomas, es importante realizar un diagnóstico precoz.


Diagnóstico del lipedema

Por desgracia, a menudo se tarda mucho tiempo, incluso décadas, en diagnosticar un lipedema. En muchos casos, el lipedema se confunde con otras afecciones como la obesidad, el linfedema o la lipohipertrofia, un trastorno indoloro de la distribución de la grasa.

El lipedema se diagnostica clínicamente. Esto significa que se examina al paciente sin utilizar métodos de exploración por imagen. El médico utiliza sus propios sentidos. La inspección y la palpación son especialmente importantes para el diagnóstico del lipedema. Se realiza un interrogatorio sistemático del paciente para obtener una historia clínica significativa. Para ello se recaba información sobre la percepción subjetiva de los síntomas y los antecedentes familiares.

No existen parámetros mensurables que demuestren la existencia de un lipedema. Para descartar otras enfermedades, pueden utilizarse diversos métodos de exploración instrumental, como el diagnóstico ecográfico para descartar un edema. Los parámetros de laboratorio también pueden utilizarse para realizar diagnósticos diferenciales, pero son igualmente inadecuados para demostrar un lipedema.

Los valores biométricos del peso corporal, la altura y el perímetro de la cintura y las caderas se miden para la documentación inicial y el seguimiento. El índice de masa corporal (IMC) no es un valor adecuado para el lipedema porque sobrestima el aumento patológico del tejido adiposo. La relación entre el contorno abdominal y la estatura (relación cintura-estatura) es más significativa. Para la planificación del tratamiento y el seguimiento de la evolución deben añadirse otras mediciones de las extremidades afectadas. Para describir la desproporción, puede utilizarse el cociente de lipohipertrofia según Herpertz*, que también depende del grado de obesidad.

 

*Cociente lipohipertrofia = contorno de la parte más gruesa del muslo en cm / altura corporal en cm 
32-35 % = leve; 36-40 % = moderado; 41-45 % = grave; 46-51 % = muy grave; >52 % = masivo

Tratamiento del lipedema

Una vez confirmado el diagnóstico, es posible y necesario adoptar medidas terapéuticas para reducir las molestias. El médico elaborará una «combinación terapéutica» adaptada individualmente a cada paciente y a sus molestias. Para ello, el médico puede seleccionar y organizar las medidas adecuadas entre varias opciones, de forma similar a un sistema modular.

Gráfico de terapia modular del lipedema
Gráfico de terapia modular del lipedema

¿Cuáles son las afecciones concomitantes y secundarias más comunes?

Debido a estas enfermedades y complicaciones concomitantes, los pacientes con lipedema deben consultar también a especialistas en ciencias de la nutrición, linfología, ortopedia, dermatología y flebología, si es necesario.


Diferenciar el lipedema de la lipohipertrofia, el linfedema y la obesidad

Una persona que presenta un trastorno simétrico e indoloro de la distribución de la grasa en las piernas o los brazos no padece un lipedema, sino que este trastorno se denomina lipohipertrofia y no suele requerir tratamiento. Sin embargo, con el tiempo puede convertirse en un lipedema. El linfedema y la obesidad también pueden tener paralelismos con el lipedema. Este resumen muestra cómo pueden diferenciarse las indicaciones:

 LipedemaLipohipertrofiaObesidadLinfedema
Aumento de grasa+++++++++(+)
Desproporción de las extremidades con respecto al tronco++++++(+)+
Edema *ØØ(+)+++
Dolor por presión+++ØØØ
Simetría+++Ø

Explicación de los símbolos:

+ hasta +++ presente; (+) posible; Ø no presente
* El grado de edema es variable y depende del alcance de la terapia previa y del estadio de la enfermedad.

Importante

Este autocontrol no sustituye la visita a un médico o a un especialista. Para un diagnóstico correcto, esa visita es indispensable.